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La creencia de que para comprar obra que valga la pena es necesario un presupuesto muy alto, es una idea que genera cierto miedo a la hora de plantearse comprar arte.
Contrariamente a eso, coleccionar no supone la necesidad de invertir muchísimo dinero, uno puede optar por comprar obra de artistas que empiezan y en los que cree, dando así salida a nuevos nombres, o puede comprar piezas pequeñas y asequibles de un artista al que admire.
Al fin y al cabo, cuando se disfruta de un artista lo emocionante es formar parte de su historia, y eso puede hacerse comprando una bonita litografía o un pequeño dibujo. En el coleccionismo hay muchos niveles, pero no por ello una colección es menos valiosa que otra, son, simplemente, distintas.
Todos podemos coleccionar, simplemente, si quiere hacerse bien, hay que seguir unos pocos fundamentos básicos:
Qué debes tener en cuenta para tu colección de arte
Lo único que necesitas es estar absolutamente seguro del tipo de arte que deseas reunir y reconocer las fuentes donde encontrarlos.
Algunas personas disfrutan recopilando todo tipo de objetos, desde cajas de música, automóviles, joyas, hasta figurillas o sellos, más como un pasatiempo que como una necesidad vital. Pero si tú lo que quieres es iniciar una verdadera colección de arte original, que puede ser de grabados, litografías o pintura, incluso de instalaciones de arte contemporáneo, considera estas recomendaciones:
Si no tienes mucho tiempo o no has podido cultivar tu gusto artístico, es recomendable escuchar el consejo de un galerista local. En este tipo de establecimientos, sobre todo si son pequeños y poco conocidos, puedes encontrar una pieza original de artistas locales por un buen precio.
Otra vía es visitar las escuelas de arte de la ciudad o acudir a las exposiciones de jóvenes artistas. Aquí puedes adquirir obras únicas de creadores poco conocidos por mucho menos dinero que si se tratara de autores consagrados. También te permite invertir en el desarrollo del talento local y, por qué no, apostar por el trabajo de un artista sobresaliente.
También puedes encontrar piezas interesantes en tiendas de antigüedades, mercados y establecimientos de consignación. Siempre mantén tus ojos abiertos para obras de arte que llamen tu atención, sin preocuparte demasiado por el valor.
Si te gusta viajar, en muchas ciudades del mundo existen barrios donde suelen instalarse estudios de creadores que, por lo menos una vez al año, abren sus puertas para mostrar su producción. Estas jornadas artísticas son otra manera de encontrar obra original y a un precio adecuado, además de ofrecerte la oportunidad de conocer personalmente al autor.
Algunos coleccionistas prefieren especializarse en la obra de un solo artista, en lugar de tener una colección diversa. Si este es tu caso, piensa que si apuestas por su talento, al correr de los años, si llega a tener éxito en el mercado del arte, tu colección será aún más valiosa.
En este sentido, es muy importante detectar qué es lo que te gusta. Es decir, asumir qué es aquello que te gusta para no caer en las modas que nos dictan qué nos tiene que gustar. Si compras algo que realmente te enamore nunca habrá sido una mala inversión, y menos si tienes en cuenta que al final vas a vivir con ello.
Estar abierto a la novedad. Los gustos cambian y se amplían, quizá lo que hoy te parece incomprensible con el tiempo y la experiencia pasa a resultarte emocionante. Una colección es un organismo vivo, y que eso se refleje también hace que el conjunto sea más interesante.
Infórmate. El mundo del arte, como todos, gana en interés a medida que lo conoces más. Lo bueno es que el aprender no tiene límites, y cuanto más sepas sobre el tema más lo apreciarás y tu colección se irá refinando paulatinamente. Asimismo, cuanto más sepas más seguridad ganarás como comprador, y eso también se irá traduciendo en una colección cada vez más coherente y personal.
Introdúcete en el sector. Visita galerías, ve a inauguraciones, habla con expertos e intercambia información. Es divertido, se aprende, y te coloca en el mapa como coleccionista, lo cual también ayuda a aumentar el interés, y por lo tanto el valor, de tu colección.
Determina el concepto de tu colección. Hay infinitas posibilidades, ya sean del tipo “Arte abstracto del siglo XX” u “Obras de artistas contemporáneos en España sobre papel” . Dale forma como si de una historia se tratara, con un inicio, un cuerpo y un fin.